Evo Morales dice que gritar “viva la coca” ya “ha pasado de moda”
La Esteliana/lastenia.accioninformativa@yahoo.es
Octubre 24, 2013
Infolatan/EFE
Octubre 24, 2013
Infolatan/EFE
El presidente de Bolivia, Evo Morales,
consideró hoy equivocado seguir gritando “¡causachum coca!” (viva la
coca, en quechua) porque “ya ha pasado de moda”, frente a los cultivos
de piña, naranjas o palmito que aportan a la economía campesina.
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El presidente de Bolivia, Evo Morales (i), recibe un saumerio de un sacerdote aimara durante una concentración de miles de personas en la ciudad de El Alto, con motivo del Día de la Dignidad Nacional |
“Ya no veo esa fuerza para gritar
‘¡causachum coca!’. Tal vez hay que decir ‘causachum piña, causachum
naranja’, yo no sé. Ustedes sabrán eso, o ‘causachum palmito’. Creo que
estamos equivocados aquí gritando ‘causachum coca’. Creo que ya ha
pasado de moda eso”, dijo Morales, en un discurso en la zona cocalera
del Chapare (centro).
Previamente, manifestó que “a lo mejor, ya no es importante la coca
en el Chapare”, como era antes, cuando decidía la vida y la situación
familiar de los campesinos de esa región.
En el Chapare, el mandatario aún es dirigente de los principales
sindicatos productores de coca que hoy anunciaron que lo ratificarán en
su cargo, pese a su condición de presidente.
‘¡Causachum coca, huañuchun yanquis!” (“viva la coca, mueran los
yanquis”) ha sido considerado siempre el “grito de guerra” de los
cocaleros.
Morales también pidió a sus bases respetar las parcelas autorizadas
para tener cocales, de solo 1.600 metros cuadrados por cada productor
afiliado a los sindicatos, y ratificó que no habrá un libre cultivo de
esa planta.
A su juicio, ese respeto es el mejor aporte de los campesinos “a la revolución democrática y cultural” que encara su Gobierno.
Los cultivos de hoja de coca en Bolivia tienen mercados legales y
usos industriales o medicinales, pero también son desviados por el
narcotráfico para la fabricación de cocaína.
Morales se refirió de nuevo al reciente problema ocurrido en la zona
cocalera de Apolo, en el norte de La Paz, donde dos militares, un
policía y un médico fueron asesinados por supuestos narcotraficantes
cuando iban a erradicar cocales ilegales.
Agregó que en los casi ocho años de su Gobierno nunca se presentó un
problema parecido y que sigue creyendo que el movimiento campesino de
Apolo no es el responsable de esos asesinatos “salvajes”, sino
extranjeros posiblemente “peruanos o colombianos”.
Además, se declaró convencido de que la mejora de la situación
económica de la zonas cocaleras provocará automáticamente una baja en
la producción de cultivos de coca y ya no serán una preocupación.
“Desde aquí podemos demostrar al mundo que para luchar de manera
efectiva contra el narcotráfico no es con bala, no es represión, sino
con programas de desarrollo, con programas productivos”, aseveró.
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y
el Delito (UNODC), en 2012 Bolivia tenía 25.300 hectáreas de coca, más
del doble de las 12.000 hectáreas permitidas por ley.
No obstante, el Gobierno ha reiterado la necesidad de aumentar el
volumen permitido de cocales a 20.000 hectáreas para los consumos
actuales y la industrialización de sus derivados.
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