Solicitan anulacion de concesion Canalera
La Esteliana/lastenia.accioninformativa@yahoo.es
Ciudad de Esteli, 26 de junio 2013. Diversas personalidades de la vida politica y social de Nicaragua se han pronunciado en contra de la entrega de la soberania patria mediante la concesion del Canal Interoceanico de Nicaragua que ha echo Daniel Ortega presidente Inconstitucional del pais a un aparente empresario Chino de nombre Wang Jing.
MANIFIESTO A LOS NICARAGÜENSES EN DEFENSA DE LA SOBERANÍA NACIONAL
Texto integro del comunicado:
Este tratado inicuo amenaza, asimismo, con
liquidar la riqueza ecológica de Nicaragua, empezando por el más substancial de
nuestros recursos naturales, el Gran Lago Cocibolca, una de las más importantes
reservas de agua dulce de América, y arriesga gravemente también la
conservación de nuestras cuencas hidrográficas, selvas, bosques y humedales, en
una catástrofe de consecuencias incalculables, sin precedentes, sin que al
firmarse el tratado se haya
presentado un solo estudio que demuestre que esta riqueza quedará a salvo de la
destrucción.
Ciudad de Esteli, 26 de junio 2013. Diversas personalidades de la vida politica y social de Nicaragua se han pronunciado en contra de la entrega de la soberania patria mediante la concesion del Canal Interoceanico de Nicaragua que ha echo Daniel Ortega presidente Inconstitucional del pais a un aparente empresario Chino de nombre Wang Jing.
MANIFIESTO A LOS NICARAGÜENSES EN DEFENSA DE LA SOBERANÍA NACIONAL
Texto integro del comunicado:
La
independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional, son derechos
irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense. Toda
injerencia extranjera en los asuntos internos de Nicaragua o cualquier intento
de menoscabar esos derechos, atenta contra la vida del pueblo. Es deber de
todos los nicaragüenses preservar y defender estos derechos.
Artículo 1 de la Constitución Política de la República
de Nicaragua
El pueblo de Nicaragua ha tenido a lo
largo de su historia el legítimo anhelo de que las ventajas que ofrece la
geografía del país den paso a la construcción de un canal interoceánico, que a
la vez de significar la transformación económica y el desarrollo nacional sea
fuente de bienestar con justicia para todos.
Pero esta justa
aspiración ha sido repetidas veces malversada, resultando en una venta de
ilusiones de riqueza y progreso, en oscuras manipulaciones, en mampara para
afirmar ambiciones desmedidas de poder y la reafirmación del caudillismo, y lo
que es peor, en la entrega de la soberanía patria, el más caro de nuestros
bienes, como ocurrió ya antes con la firma del tratado Chamorro-Bryan de 1914,
cuando partes sustanciales de nuestro territorio fueron vendidas a Estados
Unidos por 3 millones de dólares.
Hoy la historia
vuelve a revestirse de los mismos colores oscuros con la firma del tratado
Ortega-Wang Ying, que enajena por el plazo de un siglo nuestra soberanía a una
compañía privada originaria de la República Popular China, el nuevo gran poder
mundial emergente, con lo que de nuevo volvemos a convertirnos en un peón de
los intereses de dominio de las superpotencias.
El tratado, negociado
por Ortega en secreto, se ha consumado de espaldas a los nicaragüenses, sin
ninguna transparencia y sin ninguna clase de consenso nacional. Sin un debido
proceso de licitación previa, tratándose de una obra de 40 mil millones de
dólares, se conceden por el plazo de un siglo los derechos absolutos de
construcción y explotación de un canal interoceánico, de una vía ferroviaria de
costa a costa, puertos, aeropuertos, oleoductos y zonas francas comerciales y
otras muchas obras, por la irrisoria suma de 10 millones de dólares anuales, lo
que ni siquiera se establece como una obligación, y el 1 por ciento de las
acciones de la compañía, endosado también de manera anual. Estos derechos
absolutos pueden ser traspasados a cualquier tercero, sea un Estado u otra
compañía, en todo, o en partes, por la sola voluntad del concesionario
extranjero.
Por ese mismo
término, un siglo, en el que se compromete el futuro de generaciones de
nicaragüenses que aún no han nacido, y que nacerán prácticamente sin patria, se
entrega a una compañía con sede en Hong Kong y recién inscrita en Gran Caimán,
reconocido paraíso fiscal en el Caribe, la tierra, las aguas marítimas,
fluviales y lacustres, el aire y los recursos naturales, en una extensión
territorial que al firmarse el tratado ni siquiera ha sido definida, y se cede
también la soberanía administrativa, judicial, laboral, fiscal y financiera del
país.
Las reservas del
Banco Central se otorgan como garantía frente a un tratado que sólo genera
obligaciones para el Estado de Nicaragua y ninguna para los intereses que
representa el gran beneficiario extranjero, que también obtiene el derecho de
confiscar propiedades de particulares en cualquier lugar del territorio
nacional y a su propio arbitrio, con lo que viene a crearse un estado de
alarmante inseguridad jurídica.
De la misma manera,
el tratado violenta los derechos de las comunidades indígenas del Caribe sobre
sus tierras ancestrales bajo régimen comunal, derechos previamente reconocidos
por el Estado, que ahora quedan sometidos también a la confiscación, a pesar de
hallarse protegidos por las leyes de la república.
El concesionario
absoluto, Wang Ying, haciendo uso adelantado de los atributos de soberanía
nacional que el tratado le concede, ha negociado con la república de Costa Rica
que el canal no atravesará las aguas del río San Juan, “a fin de no provocar
conflictos internacionales”, según sus propias declaraciones, una decisión que
solamente debería corresponder al Estado de Nicaragua, pero que él asume como
un derecho que Ortega le ha otorgado junto a la concesión canalera.
Los diputados
oficialistas de la Asamblea Nacional se han convertido en cómplices del negocio
Ortega- Wang Ying al haber aprobado en menos de 72 horas el tratado,
violentando más de 30 artículos de la Constitución Política, y en la misma ley
de aprobación se comprometieron a reformar la misma Constitución, para
adecuarla a los intereses de la parte china, y completar así las condiciones
para que se cree en el país un verdadero enclave extranjero, sin competencia
alguna de las autoridades judiciales, militares y de policía, tal como el
tratado ya lo establece, con lo que la seguridad nacional en los territorios
concedidos pasará a quedar en manos privadas, o eventualmente de otro Estado (El estado Chino). Nicaragua y los nicaragüenses, hemos quedado en indefensión.
Esto viene a
demostrar que en Nicaragua lo que impera es un sistema autoritario, que somete
a las instituciones a la arbitrariedad de decisiones inconsultas que tienen que
ver con toda la nación y con su futuro, sin ninguna consideración al orden
constitucional ni a las leyes vigentes, ni a los intereses nacionales
soberanos. Por otra parte, Daniel Ortega pretende aparecer como imprescindible
en el poder para consumar un proyecto de largo plazo, un elefante blanco que ni
siquiera se sabe cuándo empezará ni cuándo se completará su construcción, ni
qué clase de negocios o manipulaciones financieras se encuentran escondidos
tras la mampara del tratado.
Vivimos tiempos de
globalización, de grandes avances tecnológicos y de un incremento del comercio
mundial sin precedentes, por lo que un segundo canal interoceánico en América
sería de incontestable utilidad para el comercio internacional.
Pero la
globalización y el comercio no significan de ninguna manera que los países
deban renunciar a su soberanía y a sus riquezas naturales, entregándolas a
compañías o países extranjeros. Al contrario, los gobiernos que respetan la
dignidad nacional, defienden su soberanía y protegen celosamente su patrimonio
ecológico y su medio ambiente, los salvaguardan al insertarse en la
globalización.
Llamamos a todos los
nicaragüenses, sin distingos de ninguna clase, a tomar conciencia de este
atropello sin precedentes contra la integridad de nuestra patria, y a que
unánimemente alcemos nuestra voz de protesta y de condena al tratado
Ortega-Wang Ying, exigiendo su inmediata anulación.
Danilo Aguirre Solís
Claribel Alegría
Emilio Álvarez
Montalván
Pedro José Alvarez
Gabriel Álvarez
Argüello
Juan Carlos Ampié
Mauro Ampié Vílchez
José Argüello Lacayo
César Aróstegui
Centeno
Roger Arteaga Cano
Julio Francisco Báez
Gioconda Belli
Pedro Belli
Pedro Antonio
Blandón
Carlos Brenes
Sánchez
Adolfo Bonilla
María Estela
Calderón
Luis Callejas
Marco Antonio
Carmona Rivera
Rita Delia Casco
Alfonso Castellón
Ayón
Ernesto Castillo
Martínez
Oscar Castillo Guido
Ernesto Cardenal
Gonzalo Carrión
Luis Carrión Cruz
Carlos Fernando
Chamorro
Claudia Chamorro
Barrios
Cristiana Chamorro
Barrios
Francisco Chamorro
García
Jaime Chamorro
Cardenal
Guillermo Cortés
Domínguez
Alfonso Dávila
Barboza
Irving Dávila
Escobar
Mario De Franco
Violeta Delgado
Edipsia Dubón
Octavio Enríquez
Desiree Elizondo
Fabio Gadea Mantilla
Sergio García
Quintero
Violeta Granera
Onofre Guevara
Pinita Gurdián de
Vijil
Marvin Gómez
Guerrero
Arturo Grigbsy
Moisés Hassan
Morales
Hugo Holmann
Chamorro
Julio Icaza Gallard
Armando Incer
Barquero
Heberto Incer Moraga
Bianca Jagger
Agustín Jarquín
Anaya
Edmundo Jarquín
Calderón
Juanita Jiménez
Alberto Lacayo
Argüello
Manuel Ignacio
Lacayo
Carlos Langrand
Irving Larios
Sánchez
Anastasio Lovo
Auxiliadora Marenco
Gutiérrez
Arnoldo Martínez
Ramírez
Sergio Martínez Vega
José Luis Medal
Mendieta
Luis Adolfo Medal
Mendieta
Vida Luz Meneses
Eduardo Montealegre
Rivas
Diego A. Montiel
Morales
Sofía Montenegro
Michéle Najlis
Carlos Noguera
Alberto Novoa
Eliseo Núñez Morales
Vilma Núñez de
Escorcia
Manuel Ortega Hegg
Zoila América Ortega
Murillo
Cirilo Antonio Otero
José Pallais Arana
Edgard Parrales
Uriel Pineda
Quintero
Ana María Pizarro
Jiménez
Sergio Ramírez
Mercado
Indalecio Rodríguez
Luis Rocha Urtecho
Henry Ruiz Hernández
(Modesto)
Enrique Sáenz
Carlos Salinas
Maldonado
Domingo Sánchez
Salgado
(Chagüitillo)
Luis Sánchez Sancho
María Eugenia
Sequeira
Melvin Sotelo
Alejandro Serrano
Caldera
Azahálea Solís
Pedro Xavier Solís
Cuadra
Dora María Téllez
Argüello
Víctor Hugo Tinoco
Víctor Tirado López
Hugo Torres Jiménez
Carlos Tünnermann
Bernheim
Mario Urtecho
Oscar René Vargas
Noel Vidaurre
Argüello
Ana Margarita Vijil
Josefina Vijil
Ricardo Zambrana
Diaz
Ricardo Zambrana
Godoy
Digna Zamora de
Corea
Daisy Zamora
María José Zamora
Solórzano
Rosa Marina Zelaya
Managua, junio de 2013
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios me ayudan a crecer y ser mejor