Venezuela: CPJ publica informe sobre la transformación del panorama mediático tras la muerte de Chávez
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http://www.ipys.org/noticia/1534
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Fuente: CPJ
Durante más de una década en el
poder, el Presidente Hugo Chávez Frías ha supervisado la transformación
de casi todos los aspectos de la sociedad venezolana, incluyendo los
medios de comunicación. Cuando Chávez asumió por primera vez la
presidencia en 1999, contó con el apoyo de los medios privados
establecidos. Pero la relación pronto se deterioró y en abril de 2002
fue derrocado por un breve período en un golpe de estado que el
presidente alega haberse llevado a cabo con el respaldo de algunos
conocidos propietarios de medios. En la actualidad, muchos de los medios
más críticos ya no están más o se han llamado al silencio, y una vasta
presencia de medios del estado se hace eco de las posiciones del
gobierno.
Por Joel Simon*
La altamente polarizada campaña
presidencial, que ingresa en su fase final, enfrenta a Chávez con el ex
gobernador Henrique Capriles Radonski. La polarización se refleja de
forma dramática en la prensa, con los medios privados en respaldo de
Capriles y aquellos en manos del estado montando un apoyo fervoroso a
favor de Chávez. La cacofonía ahoga la posibilidad de debatir temas
importantes y en el contexto de la campaña electoral el público es el
gran perdedor. A través de su presencia masiva en los medios del estado y
el uso de métodos de censura, acoso legal y sanciones administrativas,
el gobierno de Chávez fija límites claros sobre el disenso público, como
revela este informe.
Este es el cuarto informe especial
sobre Venezuela desde Chávez asumió el poder. Al leerlos en secuencia se
puede tener una idea acabada de lo dramático que ha sido el deterioro
de los medios en este período. El primer informe, "Radio Chávez",
publicado en febrero de 2001, describió a un vibrante panorama
mediático en el que el presidente, con creciente frecuencia, utilizaba
la radio y la televisión para difundir largas diatribas acerca de temas
tales como "el placer de tener una novia y el proceso revolucionario en
las universidades". El informe concluía poniendo énfasis en una
preocupación: "Si es cierto aquello de que toda revolución devora a sus
hijos, los periodistas venezolanos deben rezar para que Chávez no se
vuelva demasiado hambriento".
El segundo informe, titulado "Carne de Cañón"
y publicado luego del fallido intento de golpe de estado en 2002,
describió una larga serie de ataques físicos donde los periodistas
"atrapados entre la incendiaria retórica del presidente venezolano Hugo
Chávez Frías y el activo papel político que los propietarios y
directores de los medios han adoptado-- se han convertido en blanco de
ataques de sectores populares".
El tercer informe del CPJ publicado en 2007 y titulado "Estática en Venezuela",
describió en detalle la decisión del gobierno de no renovar la
concesión del canal crítico RCTV y demostró como la embestida cada vez
más profunda contra los medios estaba provocando mayor autocensura. En
los años posteriores a la publicación del informe, RCTV ha sido
silenciado junto a decenas de otros medios audiovisuales críticos,
periodistas fueron encarcelados supuestamente por haber difamado a
funcionarios y los organismos de regulación junto a una justicia
íntimamente ligada al ejecutivo han impuesto censura en la cobertura de
temas sensibles.
La declinación del periodismo venezolano tiene importantes implicancias
no sólo para el país pero también en toda América Latina. Casi todas
las estrategias de Chávez para controlar y aislar a los periodistas
críticos han sido emuladas por gobiernos que simpatizan con el
venezolano en la región, desde Nicaragua a Ecuador. En la actualidad,
Venezuela es parte de un bloque de países dentro de la Organización de
los Estados Americanos que buscan desmantelar su sistema de protección y
promoción de derechos humanos, incluyendo la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos y su relatoría especial para la libertad de expresión.
En la década del ochenta, a medida que América Latina restauraba sus
democracias luego de una década de dictaduras brutales, la política
electoral se convirtió en norma en la región. El propio Chávez ganó en
las urnas con total legitimidad y asumió con el respaldo generalizado de
la sociedad venezolana. Pero ha utilizado su tiempo en la presidencia
para socavar antes que desarrollar las instituciones de la democracia
participativa.
Mientras Chávez lucha contra el cáncer, tiene que hacer frente a su
legado. A medida que se concentra en consolidar la Revolución
Bolivariana, el fracaso de Chávez para apoyar y defender a las
instituciones independientes, incluyendo a los medios, puede minar la
legitimidad de las próximas elecciones presidenciales. No importa quién
gane en los comicios, retroceder en el tiempo luego de una década de
represión contra los medios y promover un clima más abierto y tolerante
será uno de los desafíos claves para el próximo gobierno.
*Joel Simon es el director ejecutivo del Comité para la
Protección de los Periodistas. Ha escrito numerosos artículos sobre
temas de medios, colaborando para Slate, Columbia Journalism Review, The
New York Review of Books, World Policy Journal, Asahi Shimbun y The
Times of India. Ha liderado numerosas misiones internacionales sobre
libertad de prensa.
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