Pronostican hasta 15 tormentas tropicales en Atlántico y Caribe en 2012

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Por Charlene Porter
Staff Writer

Washington - La temporada de huracanes del Atlántico y el Caribe dio comienzo antes de su inicio oficial del 1 de junio, cuando el 21 de mayo se formó la tormenta tropical Alberto frente a la costa oriental de la Florida. Pero los meteorólogos prevén que la temporada será relativamente normal, a pesar de la prematura llegada de la primera tormenta.

Funcionarios de la Administración Nacional de Asuntos Oceánicos y Atmosféricos (NOAA) pronosticaron el 24 de mayo que no más de tres huracanes de gran intensidad golpearán la cuenca del Atlántico, el Caribe y el Golfo de México en 2012. Un huracán de gran intensidad trae consigo vientos que alcanzan velocidades superiores a los 178,6 kilómetros por hora(km/h).

Entre cuatro y ocho tormentas serán lo suficientemente fuertes como para convertirse en huracanes con vientos que superen los 119 km/h. El Centro de Predicción del Clima de la NOAA prevé una posibilidad de 70 por ciento de que entre nueve y 15 sistemas de tormentas se conviertan en tormentas tropicales y que tendrán un nombre en la lista anual que se compila.

Robert Detrick, director de la Oficina de Investigaciones Oceánicas y Atmosféricas de la NOAA, dijo que los observadores meteorológicos anticipan que las temperaturas del océano del fenómeno El Niño, más cálidas de lo normal, pueden ser otro factor que influya en los efectos de la temporada en general. En declaraciones pronunciadas en una conferencia de prensa en el Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico del organismo, en Miami, Detrick dijo que la formación de El Niño en agosto o septiembre podría disminuir el número total de sistemas tropicales que se anticipan.

En los últimos años, la temporada de huracanes en Estados Unidos ha sido precedida por la Semana Nacional de Preparación para los Huracanes, cuando los organismos del gobierno le recuerdan a la población que necesitan desarrollar su propio plan de emergencia en el hogar. Las familias necesitan tener planes de evacuación y comunicación en una emergencia climática y asegurarse de que sus viviendas estén equipadas con suficientes alimentos y agua en caso de tengan que vivir durante un periodo de tiempo sin electricidad.

Ese tipo de planificación no sólo es necesario para los que viven en zonas donde se producen huracanes con frecuencia. La previsión meteorológica se aplica a todo el Atlántico, el Caribe y la cuenca del Golfo de México porque cualquier localidad en esa zona geográfica se encuentra en el camino de una posible tormenta. O las tormentas podrían dirigirse hacia el mar sin tocar tierra.

"Como vimos hace casi 20 años, sólo se necesita que un huracán de gran intensidad toque tierra para que se convierta en una mala temporada", recordó Detrick. Fue "en 1992, en una temporada que arrancó tarde y produjo sólo seis tormentas con nombre, que un huracán de categoría 5 llamado Andrew golpeó la Florida y saltó a los titulares internacionales y a la historia nacional".

Andrew fue el huracán más costoso que ha azotado a Estados Unidos hasta la fecha, después de tocar tierra en la zona densamente poblada del sur de la Florida. Los daños se calcularon en cerca de 30.000 millones de dólares. Posteriormente, el huracán Katrina de 2005 causó mayores daños debido a la oleada de la tormenta y las inundaciones, a pesar de que fue una tormenta menos intensa.

Junto con la preparación de viviendas y municipios, los pronósticos más precisos permiten salvar vidas y contener los costos de recuperación, ya que las autoridades pueden mandar evacuar zonas determinadas y permiten que la gente se prepare mejor para una tormenta.

Las capacidades de predicción de la NOAA han aumentado constantemente en los últimos años, dijo Detrick. Las predicciones de los meteorólogos en lo que respecta a la trayectoria de las tormentas han mejorado en un 20 por ciento. La predicción de la intensidad de una tormenta a medida que se acerca a una zona también ha mejorado en un 40 por ciento.

Detrick dijo que los científicos siguen empujando los límites de sus conocimientos sobre los huracanes.

"Nos gustaría entender mejor por qué algunas tormentas tropicales se convierten en huracanes grandes y peligrosos, y otras no", dijo Detrick. "Por qué algunos años tenemos más huracanes que otros, y la manera de pronosticar mejor la trayectoria y la intensidad de los huracanes de gran intensidad cuando se forman".

Este año los científicos de NOAA volarán dentro de furiosas tormentas para recopilar más datos que respondan a esas preguntas, dijo Detrick, y utilizarán aviones no tripulados y enviarán pequeñas embarcaciones robóticas en dirección de la tormenta.

Estas técnicas, además de mejores técnicas de modelado informático, pronto derivarán en mejores predicciones sobre la fuerza de las tormentas y sus movimientos previstos. El Proyecto de mejora del pronóstico de huracanes ya trata de mejorar los pronósticos de la intensidad de las tormentas, según informa la NOAA.

El Centro Nacional de Huracanes en Miami realiza las previsiones de la actividad de tormentas tropicales en la cuenca del Atlántico, el Caribe y el Golfo de México, y comparte esa información con las agencias meteorológicas de gobiernos en toda la región. El Centro también colabora con sus contrapartes extranjeras cuando una tormenta se dirige hacia una zona determinada, aunque las autoridades locales toman todas las decisiones con respecto a la necesidad de evacuación y la respuesta de emergencia.

La NOAA y los meteorólogos mexicanos vigilaban otra tormenta temprana en el Pacífico oriental. La tormenta tropical Bud fue elevada a la categoría de huracán el 24 de mayo. Se preveía que esa tormenta amenazara la costa occidental de México hasta el 26 de mayo. La perspectiva para la cuenca del Pacífico oriental es de una temporada de huracanes casi normal y se espera que la cuenca del centro del Pacífico tenga una temporada por debajo de lo normal.

Temas: Tormentas tropicales, Centro nacional de huracanes en Miami, huracanes, NOAA.