Mujeres en el 2012
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Palabras clave: periodismo vision genero, red internacional
Por Sara Lovera/RIPVG
El año que comienza en México estará marcado por
las elecciones en que se renovarán, al menos, mil 907 autoridades
gubernamentales, todos puestos a repartir, sin considerar las planillas
municipales que podrían involucrar a más de cinco mil ciudadanos y ciudadanas,
es decir, estamos hablando de casi siete mil personas que serán electas este
año.
¿Cómo imaginar esta movilidad política?
Además, habría que multiplicar que los puestos que se bucarán involucran
tres coaliciones partidarias, esto nos da como resultado que habrá más de
20 mil candidaturas y otras personas ya están luchando por una, todo cuesta
dinero o energía. Se busca desde la Presidencia de la República hasta la
primera concejalía en los municipios más pobres.
Las elecciones sucederán en 769 municipios;
14 congresos locales donde se elegirán 504 congresistas locales -incluyendo el
Distrito Federal-, cinco gubernaturas y una jefatura de gobierno en el Distrito
Federal - en Chiapas sólo habrá elección para gobernador o gobernadora-, 500
diputaciones federales y 128 senadurías.
Es difícil saberlo con exactitud, pero según el
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) las mujeres,
desde que las mujeres lograron el voto universal en 1953, sólo han tenido cinco
gubernaturas y una jefatura de gobierno en el DF, cuatro fueron electas y dos
designadas; de 1976 a la fecha , nada más han ocupado 17 Secretarías de
Estado, 7.5 por ciento de los cambios de gabinete que fueron en total 227, y en
la elección del 2000, donde fueron renovadas 456 presidencias municipales, 129
fueron elegidas, entre tres y cinco por ciento del total.
La estadística dice más. De 1953 a la fecha, de
entre casi mil escaños en el Senado, sólo 159 mujeres
han sido elegidas y 925 han ocupado una curul, de entre más de seis mil
espacios en la Cámara de Diputados Federal, lo que significa que en promedio
sólo 14 por ciento de estos cargos de elección popular han sido para mujeres.
De mil 137 diputaciones locales en un año, apenas el 23.7 por ciento son mujeres, sobre todo en los
últimos años.
Ahora, la legislatura federal que está por
terminar tiene 20.3 por ciento de senadoras y 28.1 por ciento de diputadas,
ello significa que nunca se alcanzó el 30 por ciento deseado como para empezar,
mucho menos la paridad de la que presumen tener en sus estatutos los partidos
políticos, no obstante que en entidades como Chiapas, las leyes Pro equidad de
género son tan avanzadas o el ominoso último lugar de representación femenina
que conserva el estado de Aguascalientes.
Las cifras hablan solas. Ahora el TRIFE ya
sentenció a los partidos políticos a promover la participación femenina y a
dotar del dinero que para su capacitación corresponde, pero nadie cumple y han
torcido la ley que al menos en el ámbito federal obliga a candidatear a un 40
por ciento de un sexo y al 60 por ciento de otro, porque por la vía de lo que
llaman "elección directa de sus militantes", no están obligados a
ello.
La cuestión es que siempre es deseable la llegada
de las mujeres, pero lo cierto es que los obstáculos y el cuello de
botella se hallan en los partidos y sus dirigentes, mayoritariamente varones;
la insensibilidad social que todavía reverencia al patriarcado por lo que no se
suma a la demanda de que lleguen las mujeres, y, por si fuera poco, un número
indeterminado de mujeres que llegan al congreso o a otros puestos, por la
vía de la cuota de género, no tienen la más mínima conciencia de mujeres y sus
actuaciones, reales y ficticias, se usan para denostar al sexo femenino en el
poder.
Lo cierto es que en este proceso que ya tiene
enloquecida a la clase política, de la tímida aspiración para obtener una
regiduría a la candidatura presidencial, como sucede en el PAN, nadie se
mueve para protestar por varios hechos que estarán, como se dice en el análisis
de discurso, en el subtexto de la realidad nacional.
¿Quién se dio cuenta y lucha contra ello? Se
disminuyó el presupuesto 2012 para programas de salud reproductiva, pero nadie
se inmuta porque tenemos el primer lugar de muerte de mujeres productivas a
causa de los cánceres femeninos; no es importante, pese a los encendidos
discursos de "equidad de género", que en México exista en el siglo
XXI, la muerte materna, la muerte por parto en concreto, de hasta dos mil
mujeres al año. Menos podría preocupar a la sociedad que está en el cambio de
la presidencia de la República, pensando que ojalá permita que no haya
tantos muertos y tanta inseguridad vestida de colores militares.
Eso no es de editoriales, se dice en todas
partes, entre las personas que llaman a la radio, en los mítines
políticos y en los festivales, en los mercados, en las escuelas, en las
tiendas departamentales, en los centros de diversión, en los partidos de
futbol, en todas partes, lo que en sociología popular se llama clamor nacional.
Me pregunto si las personas que aspiran a salir
en las listas e ingresar o repetir en eso de mandar y ser autoridad ¿tienen la
más mínima idea del sufrimiento de las víctimas de acoso, de las repercusiones
sociales y personales de una violación sexual? ¿si están enterados de qué
significa perder el empleo, haber visto disminuido el salario, tener que
reducir la compra cotidiana de huevos y sardinas o que hace un año no pueden
comprar carne? Por no decir ¿si se han enterado que el feminicidio acosa
a todo el país, y la violencia y la trata de personas amenaza a las mujeres y a
la niñez mexicana?
No, me temo que no.
Quienes aspiran a esos puestos de poder andan
organizando votos, armando argumentos para ser vistos y vistas y ser parte de
las listas; en la rebatinga de los más de cinco mil millones de pesos que
manejarán o destinarán los partidos políticos en propaganda política y en
movilizaciones con torta y refresco.
Me temo que no tienen idea de la realidad. Para
esta fiesta electoral del presupuesto nacional se destinarán más de 15 mil
millones de pesos sólo para la contienda federal, ¿quién sabrá con exactitud
cuánto gastarán los estados como Sonora, Jalisco, San Luis Potosí, Morelos,
Estado de México, Colima, Guanajuato, Chiapas, Guerrero, Querétaro, Tabasco,
Campeche o Yucatán donde habrá elecciones, para no hablar de Nuevo León o
Distrito Federal? Sin considerar los recursos de empresarios o sicarios bajo la
mesa.
¿Ya se dio cuenta? Hoy tocan elecciones en 15
entidades, una mayoría del sureste del país, donde la estadística dice que vive
la población más pobre, donde están los municipios en emergencia cotidiana y,
en algunos casos, se dice, hacen de las suyas los señores del narco.
El tema es para pensarse porque el presupuesto
para salud, educación y desarrollo social, explican quienes saben, no creció, e
incluso, disminuyó, y para educación ni hablar, ¿quién le entrará a ello? si el
PRI cuenta con la alianza del profesorado del país y en el PAN dan golpes de
ciego. En lo que se cree izquierda ni se enteran.
Vaya año que nos espera.
saralovera@yahoo.com.mx
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