Voluntarios del Cuerpo de Paz son líderes en la lucha contra el VIH/SIDA

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Por el embajador Eric Goosby, coordinador mundial de Estados Unidos para el VIH/SIDA

Este mes se celebra el 50º aniversario del Cuerpo de Paz y quisiera darle las gracias a los miles de voluntarios que han respondido a la crisis de VIH/SIDA, una de las más graves amenazas a la salud y desarrollo mundiales. El Cuerpo de Paz es un socio clave en la puesta en práctica del Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR), cuyo objetivo es salvar vidas y promover un mundo más seguro.

Cuando se anunció la creación de PEPFAR en 2003, se reconoció al Cuerpo de Paz como socio clave en la respuesta del gobierno de Estados Unidos ante la pandemia mundial del SIDA. En la actualidad, cerca de 2.500 voluntarios en 46 países trabajan en programas de VIH que reciben apoyo de PEPFAR. Muchos voluntarios de los Cuerpos de Paz desarrollan su labor en iniciativas de educación sobre VIH. El Cuerpo de Paz capacita actualmente a todos los voluntarios que prestan servicio en África, el Caribe, el este de Europa y el centro de Asia para que sean defensores y docentes en la prevención y tratamiento del VIH.

Los voluntarios seguirán siendo los primeros en responder en las comunidades y quienes primero afrontan las tragedias que se desarrollan en las aldeas donde prestan servicio. Su actitud: "sí se puede" significa que encuentran maneras de "arreglárselas con lo que hay". Donde otros ven una carencia de recursos, los voluntarios del Cuerpo de Paz ven un desafío y responden con soluciones creativas. Además, contribuyen a un claro entendimiento de lo que en realidad funciona para combatir la propagación de la enfermedad y aliviar el sufrimiento.

Estos voluntarios ayudan a las comunidades afectadas por el VIH a través de su trabajo con empresas, organizaciones comunitarias y organizaciones no gubernamentales, y mediante iniciativas en ámbitos como la educación de salud pública. Si bien los voluntarios no proporcionan servicios médicos, prestan una labor importante a la hora de brindar asesoramiento acerca de los programas de VIH y ayudar a las personas que necesitan tratamiento.

Los voluntarios proporcionan también apoyo crítico al colaborar con las comunidades para reducir los riesgos que contribuyen a la propagación del VIH. Hablan con las comunidades y predican con el ejemplo. De la misma manera, alientan a que uno se haga la prueba del VIH, enseñan sobre nutrición y ayudan a reducir el estigma y la discriminación. Debido a su compasión y liderazgo por ayudar a las personas que padecen VIH, los voluntarios del Cuerpo de Paz a menudo son aceptados como miembros de las comunidades en las que realizan su labor. Por su parte, los voluntarios consideran a estas comunidades como su familia.

En mis viajes, siempre me impresionan la energía, pasión y pensamiento innovador que aportan los voluntarios a su trabajo con el VIH. Durante mi visita reciente a Botsuana, tuve el placer de reunirme con voluntarios del Cuerpo de Paz que trabajan en oficinas municipales de salud, clínicas y escuelas para apoyar a los dirigentes de las comunidades locales en su respuesta al VIH/SIDA. El liderazgo que demuestran estos voluntarios contribuye a salvar vidas y a promover un mundo más seguro.

Al enfocar la labor de los programas de PEPFAR en apoyar a los países que tratan de mejorar la salud de sus pueblos, el Cuerpo de Paz y sus dedicados voluntarios seguirán siendo esenciales para el éxito del desarrollo de capacidades y el fomento de una respuesta duradera. Rindo homenaje al Cuerpo de Paz con motivo de su 50º aniversario y espero con agrado sus aportes constantes a PEPFAR y a las iniciativas mundiales de salud de Estados Unidos.