EE.UU. envía robots a Japón para asistir en las operaciones de recuperación

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Por Kathryn McConnell
Redactor

Washington - Pueden ver detrás de las esquinas, atravesar terreno accidentado y recoger materiales demasiado peligrosos para los seres humanos.

Los robots no tripulados, que dos empresas estadounidenses y un laboratorio del gobierno enviaron en fechas recientes, tienen como objetivo ayudar a los trabajadores de la central nuclear de Fukushima Daiichi, en el noreste de Japón, que sufrió daños tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo. Las autoridades japonesas pidieron a sus homólogos de Estados Unidos con qué tecnologías podían ayudar cuando los sistemas de refrigeración del reactor en la central se sobrecalentaran y empezara a filtrar radiación.

"Los sistemas de robot normalmente se utilizan en circunstancias en las que no se quiere correr el riesgo de poner a un ser humano en su lugar", dijo David Miller, director de Ciencia e Ingeniería en el Laboratorio Nacional de Idaho, en Idaho Falls.

"Estamos ofreciendo herramientas a gente que se encuentra allí en Japón para que puedan decidir qué quieren utilizar", dijo.

Veinte días después del tsunami, cuatro robots del fabricante de robótica iRobot en Bedford (Massachusetts) estaban en camino a Japón. Con ellos viajaban seis expertos para capacitar a los funcionarios japoneses en el uso de los equipos.

Los robots funcionan con baterías y están equipados con diversas cámaras y sensores que transmiten inalámbricamente datos al operador que se encuentra a una distancia segura. Dos de los robots de la compañía son PackBots de 22,3 kilos que se utilizan para detectar contaminantes químicos, biológicos y radiológicos. El ejército de Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional, militares extranjeros y organismos de policía locales utilizan los PackBots para desactivar explosivos y en operaciones de búsqueda y rescate, según dijo Tim Trainer, uno de los vicepresidentes de la compañía.

Los otros dos robots son del modelo más pesado Warrior. Con un peso de casi 160 kilos, los robot Warrior pueden desplazarse a una velocidad de 13 kilómetros por hora, pueden subir escaleras, llevar las mangueras y levantar 52,3 kilos con un brazo mecánico prolongado.

DETECTOR DE PELIGROS Y PROTECTOR DE VIDAS

Poco después del envío de iRobot, la empresa QinetiQ North America, con sede en Virginia, envió seis robots a Japón, desde maquinaria ligera de vigilancia hasta vehículos pesados de construcción.

El robot Dragon Runner de QinetiQ, de 6,3 kilos, está diseñado para investigar espacios pequeños, como túneles y alcantarillas. El robot TALON, de 52,3 kilogramos, también utilizado por los militares de Estados Unidos, puede detectar hasta 7.500 elementos peligrosos para el medio ambiente, entre éstos sustancias químicas tóxicas, gases volátiles y radiactividad. Tiene visión nocturna y puede transmitir audio y vídeo hasta 1.000 metros de distancia de un operario. La empresa envió dos de cada uno de estos robots a Japón.

También envió dos camiones de carga frontal Bobcat equipados con kits de robot QinetiQ que proporcionan fuentes de audio y video y permiten ser operados con control remoto, según informó Jennifer Pickett, de QinetiQ. Los camiones pueden atravesar minas terrestres y municiones sin explotar.

El laboratorio de Idaho tiene preparado para enviar a Japón un robot TALON configurado con sistemas de detección de radiación y de posicionamiento global que pueden ayudar a los operadores a localizar los lugares donde existe contaminación. "Al remover los escombros, se puede exponer radiación que podría no haber estado expuesta el día anterior. Nuestro sistema les ayudaría a elaborar un mapa donde se localicen [los puntos de contaminación]", dijo Miller.

Los robots se han utilizado en otros escenarios de desastre. En el lugar donde se encontraban las Torres Gemelas, destruidas tras el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, el uso de robots permitió que los equipos de recuperación comprendieran las condiciones del entorno y si era o no seguro entrar en la zona.

En otra ocasión, una unidad marítima no tripulada de iRobot, denominada Seaglider, fue utilizada para vigilar la calidad del agua de mar en el Golfo de México tras el vertido de petróleo que se produjo en 2010 y que duró meses.

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