Colocar a la niñez en el corazón de lo que hacemos


La Esteliana/16 de noviembre 2009
Opinión

A 20 años de la Convención sobre los Derechos de la Niñez

Carlos Emilio López Hurtado*

El 20 de Noviembre de 1989 La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó La Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña, 20 años después todos los Estados miembros (excepto dos) la han aprobado y ratificado. .

La Convención de Derechos de la Niñez, es el tratado de derechos humanos que más ratificaciones tiene. Ningún otro instrumento jurídico internacional ha sido asumido por tantos países en tan poco tiempo. Existe un compromiso planetario con los derechos de la niñez; todas las tradiciones filosóficas, las estructuras económicas, los sistemas políticos, los modelos religiosos han aceptado en todos los continentes que las niñas y niños son sujetos sociales y de derechos.

La comunidad de naciones se han comprometido en readecuar sus andamios políticos, institucionales y jurídicos para promover y aplicar los cuatro grandes principios de la Convención: el Interés Superior de la niñez, Participación Infantil, Supervivencia, el Desarrollo y la No discriminación.

Este mandato universal del que hablamos plantea que todos los derechos (civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, ambientales) son para todas las niñas y niños; sin discriminaciones en razón de su edad, discapacidad, nacionalidad, pertenencia a pueblos indígenas, afro descendientes, condiciones económicas y sociales, ubicación geográfica rural o urbana, adhesión a grupos religiosos u otras características.

Dos décadas después de que los países hemos aceptado que la niñez debe ser la prioridad en las políticas sociales, la inversión pública, el desarrollo internacional, nacional y local; se han dado pasos relevantes en distintos ámbitos:

- Creación de nuevas instituciones que promueven una aplicación efectiva de sus derechos.
- Aprobación de leyes que prohíben y sancionan distintas formas de violencia contra la niñez.
- Formulación, aprobación e iniciación de procesos de implementación de políticas sociales en materia de salud, educación, protección especial y social, entre otras.
- Construcción de órganos de vigilancia en la aplicabilidad de los derechos de la niñez.

En Nicaragua se han dado progresos como los referidos a nivel internacional y además se ha logrado:

- Constitucional izar los derechos de la niñez y la adolescencia y trasladar la CDN a una versión nacional EL CODIGO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA.
- Formular, aprobar e iniciar la implementación de políticas publicas y programas nacionales como el Programa Amor.
- Crear instituciones especializadas en la materia como el Ministerio de la Familia, Niñez y Adolescencia, Procuradora Especial de la Niñez y Adolescencia, Comisión de Mujer, Niñez, Juventud de la Asamblea Nacional, Comisión Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, entre muchas otras.
- Disminuir las tasas de morbi - mortalidad infantil.
- Aumentar el número de niñas y niños atendidos en los hospitales y centros de salud.
- Ampliar la cobertura de niñas y niños en el seguro social.
- Ampliar las tasas de vacunación.
- Disminuir la permanencia de enfermedades endémicas e infecto contagiosas.
- Disminuir levemente el número de madres adolescentes.
- Fortificar algunos alimentos con nutrientes básicos para el desarrollo personal.
- Institucionalizar la gratuidad en materia de salud y educación.
- Prohibir normativamente los castigos corporales en las escuelas.
- Aumentar paulatinamente el índice de la niñez inscrita en el registro civil de las personas.
- Prohibir el trabajo infantil y proteger a los adolescentes trabajadores en el Código del Trabajo.
- Tipificar en el Código Penal todas las formas de violencia física, emocional, sexual en todos los espacios de socialización de la niñez, en la familia, escuela, comunidad. Están claramente tipificadas todas las formas de explotación sexual comercial. (turismo sexual, actos sexuales remunerados con adolescentes, pornografía infantil, tráfico y trata con fines de explotación sexual).
- Crear instituciones que atienden a la niñez victima de violencia como las Comisarías de Mujer y lNiñez.
- Ampliar el conocimiento y la conciencia de que los derechos de la niñez deben ser respetados por todos: Estado, sociedad, familia, comunidad, escuela, las personas adultas.
- Desarrollar redes de niñas, niños y adolescentes comunicadores, artistas, activistas que promueven una cultura de que ellas y ellos son sujetos de derechos y de responsabilidades ciudadanas.
- Construir redes sociales de organizaciones no gubernamentales que trabajan activamente por los derechos de la niñez y la adolescencia.
- Edificar redes municipales que hacen defensoría local y programática a favor de la niñez y la adolescencia, como la Red de Alcaldías Amigas de la Niñez y el Movimiento Nacional de Comisiones de Niñez y Adolescencia.
- Iniciar el proceso de municipalización de los derechos de la niñez y la adolescencia en muchas alcaldías.
- Crear instituciones que promueven la prevención de la violencia, como la Dirección de Asuntos Juveniles de la Policía Nacional.
- Construir desde el Poder Judicial un sistema de justicia penal especial de adolescentes. Se han creado Juzgados Especiales de Adolescentes en todos los departamentos del país y se han nombrado actores de justicia especiales de adolescentes como defensores, públicos, fiscales, entre otros.
- Iniciar desde el Ministerio de Gobernación el proceso de construcción de centros de privación de libertad especiales para adolescentes.

Todos estos pasos son huellas profundas en el avance que todas y todos hemos dado por transformar los derechos en hechos, las normas jurídicas en políticas y programas sociales; sin embargo tenemos aún mucho camino que recorrer para que todas las niñas y niños vivan bien, con dignidad, con justicia, en paz y en pleno desarrollo.

Hay muchos retos y desafíos que tenemos que asumir inspirados en las obligaciones que nos impone la Convención.

“Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza…” (arto 2 CDN). Debemos revitalizar esfuerzos para combatir la pobreza en la niñez mayagna, ulwa, rama, misquita, afro descendiente, chorotega, nahoa, entre otras.

“En lo que respecta a los derechos económicos, sociales y culturales, los Estados Partes adoptarán esas medidas hasta el máximo de los recursos de que dispongan y, cuando sea necesario, dentro del marco de la cooperación internacional”. Necesitamos incrementar los montos de la inversión pública para que la niñez alcance su máximo grado de desarrollo, en la medida que niñas y niños se desarrollan el país crece, se libera, se hace más competitivo, creativo, sostenible y humano. Esta es una responsabilidad de los economistas de nuestro gobierno, de nuestros empresarios y de la cooperación internacional en y para Nicaragua.

“Los Estados Partes adoptarán medidas para luchar contra los traslados ilícitos de niñas y niños…” (arto. 11 CDN). Requerimos redoblar los esfuerzos desarrollados hasta hoy para detener y erradicar uno de los negocios ilegales más lucrativos del siglo XXI el Trafico Humano y la Trata de Personas, para que ninguna niña o niño sea vendido, comercializado y traficado en nuestras fronteras.

“El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo” (arto. 13 CDN). Estamos interpelados para continuar cambiando la estructura en nuestra cultura que calla, silencia y niega el derecho a la niñez a expresar libremente su pensamiento y criterio en la escuela, la familia, la comunidad, el municipio.

“Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño” (arto 18 de la CDN). Los hombres, los papas tenemos que asumir una nueva masculinidad, una nueva paternidad, que sea responsable, afectiva y solidaria con nuestras hijas e hijos y tenemos el deber de transmitir esta cultura de responsabilidad paterna a los niños varones.

“Los Estados Partes adoptarán todas las medidas…proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual…” (arto. 19 de la CDN). Miles de niñas y niños aun continúan siendo victimas de distintas formas de violencia, por años ha prevalecido una agresión estructural, social, sexual, familiar, escolar en contra de ellas y ellos. Esta cultura de violencia nos cuestiona severamente como sociedad “moderna”, “democrática”, “libre”. No podemos desmayar, ni descansar mientras hayan niñas y niños maltratados. Sigamos construyendo una educación con ternura, un buen trato para nuestras niñas y niños.

Colocar a la niñez en el corazón de lo que hacemos nos garantizará convertirnos en una sociedad en permanente desarrollo.

El que escribe fue Procurador de la Niñez y la Adolescencia

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