REVISTA MEDIOS Y MENSAJES LLAMA AL PERIODISMO NACIONAL A
La Esteliana, 23 de julioLa Revista Medios y Mensajes expresa su más profunda preocupación por los funestos movimientos tras bambalinas que autoridades judiciales del máximo nivel vergonzosamente realizan con sigilo y premura para emitir una bárbara sentencia que cambiaría el delito --y la condena-- por el cual fue fulminado el exalcalde de la localidad de El Ayote, Eugenio Hernández, por el asesinato de nuestra querida colega María José Bravo.
Un nuevo proyecto de resolución --después de tres anteriores que no prosperaron-- elaborado inauditamente en oficinas de la propia Corte Suprema de Justicia, ha estado circulando con el perverso propósito de convertir el asesinato a quemarropa cometido por Eugenio Hernández, en un delito menor denominado “homicidio imprudencial”, con lo cual se rebajaría la pena y muy pronto sería puesto en libertad. A todas luces se trata de un proyecto injusto que promueve la impunidad, el irrespeto a la vida y el caos jurídico.
Nos dirigimos a todo el pueblo de Nicaragua, y especialmente a los periodistas y comunicadores sociales, para advertir que una nueva injusticia está tomando cuerpo en recintos de la Corte Suprema que deberían ser pulcros e insobornables templos al bien y la equidad, pero que se han transformado en santuarios de subterfugios y operaciones politiqueras y corruptas a favor de narcotraficantes y de asesinos como el que segó la vida a nuestro colega Carlos Guadamuz.
Tanto Carlos Guadamuz como María José Bravo fueron asesinados por personas directamente vinculadas a partidos políticos: en el primer caso, al FSLN; y en el segundo, al PLC, lo cual no implica a estas organizaciones. Sin embargo, como se sabe, los magistrados funcionan como bancadas partidarias que obedecen casi devotamente a sus respectivos dirigentes de partido. No sería nuevo ni extraño que otra vez entren en contubernio, esta vez para poner en libertad al asesino de María José.
Sólo el periodismo nacional organizado y unido podrá detener el zarpazo a la ley que se está preparando desde las sombras en las altas magistraturas judiciales del país. Sólo la denuncia frecuente a través de la mayor cantidad de medios de comunicación social, podrá frenar las gestiones y acciones nefastas que importantes funcionarios judiciales realizan por razones partidarias y conveniencias personales, para poner en libertad al asesino.
Y si la denuncia pública constante no es suficiente para detener la tremenda injusticia que se prepara, los periodistas deberemos protestar masivamente en las calles, plazas y rotondas de todo el país, para que el clamor llegue hasta la Corte Suprema y fuerce a los magistrados implicados a desistir de sus malsanos e injustos propósitos.
El asesino de un periodista está libre por un falso dictamen que acredita que está muy enfermo, pero muchas personas lo han visto muy tranquilo y feliz bailando en centros de diversión. Hay fotografías que lo demuestran. Los periodistas no pudimos impedir la arbitraria, injusta, irrespetuosa y ofensiva excarcelación de quien segó la vida del periodista Carlos Guadamuz. ¿Ocurrirá lo mismo con quien mató a quemarropa a María José Bravo?
Guillermo Cortés Domínguez
Editor
Revista Medios y Mensajes
2009-
Un nuevo proyecto de resolución --después de tres anteriores que no prosperaron-- elaborado inauditamente en oficinas de la propia Corte Suprema de Justicia, ha estado circulando con el perverso propósito de convertir el asesinato a quemarropa cometido por Eugenio Hernández, en un delito menor denominado “homicidio imprudencial”, con lo cual se rebajaría la pena y muy pronto sería puesto en libertad. A todas luces se trata de un proyecto injusto que promueve la impunidad, el irrespeto a la vida y el caos jurídico.
Nos dirigimos a todo el pueblo de Nicaragua, y especialmente a los periodistas y comunicadores sociales, para advertir que una nueva injusticia está tomando cuerpo en recintos de la Corte Suprema que deberían ser pulcros e insobornables templos al bien y la equidad, pero que se han transformado en santuarios de subterfugios y operaciones politiqueras y corruptas a favor de narcotraficantes y de asesinos como el que segó la vida a nuestro colega Carlos Guadamuz.
Tanto Carlos Guadamuz como María José Bravo fueron asesinados por personas directamente vinculadas a partidos políticos: en el primer caso, al FSLN; y en el segundo, al PLC, lo cual no implica a estas organizaciones. Sin embargo, como se sabe, los magistrados funcionan como bancadas partidarias que obedecen casi devotamente a sus respectivos dirigentes de partido. No sería nuevo ni extraño que otra vez entren en contubernio, esta vez para poner en libertad al asesino de María José.
Sólo el periodismo nacional organizado y unido podrá detener el zarpazo a la ley que se está preparando desde las sombras en las altas magistraturas judiciales del país. Sólo la denuncia frecuente a través de la mayor cantidad de medios de comunicación social, podrá frenar las gestiones y acciones nefastas que importantes funcionarios judiciales realizan por razones partidarias y conveniencias personales, para poner en libertad al asesino.
Y si la denuncia pública constante no es suficiente para detener la tremenda injusticia que se prepara, los periodistas deberemos protestar masivamente en las calles, plazas y rotondas de todo el país, para que el clamor llegue hasta la Corte Suprema y fuerce a los magistrados implicados a desistir de sus malsanos e injustos propósitos.
El asesino de un periodista está libre por un falso dictamen que acredita que está muy enfermo, pero muchas personas lo han visto muy tranquilo y feliz bailando en centros de diversión. Hay fotografías que lo demuestran. Los periodistas no pudimos impedir la arbitraria, injusta, irrespetuosa y ofensiva excarcelación de quien segó la vida del periodista Carlos Guadamuz. ¿Ocurrirá lo mismo con quien mató a quemarropa a María José Bravo?
Guillermo Cortés Domínguez
Editor
Revista Medios y Mensajes
2009-
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