Estos son mis deseos públicos para 2013, Sara Lovera
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Palabra de Antígona
Deseos en 2013
Por Sara Lovera
Con frecuencia los seres humanos podemos avanzar gracias
a nuestros deseos. Soñar es una de nuestras más trascendentes capacidades
intelectuales. Prefigurar el futuro para sí o para una comunidad ha hecho
surgir en la historia de la humanidad a quienes identificamos por su liderazgo,
por su valentía, por su arrojo o bien por su genialidad. Prefigurar es tomar en
nuestras manos eso, un deseo que penetre, que trascienda, que consiga ese
objetivo.
Conseguir el deseo, no es sólo pensarlo. Es poner manos a
la obra y construirlo. Es así como muchas personas, comunidades o países, son
capaces de lograr metas o propuestas.
¿Qué es lo que usted desea para 2013? Además de paz y
erradicación de la violencia contra cada mexicano o mexicana, ¿qué más? ¿Sólo
sus propósitos personales? O bien algo más sustantivo.
Yo tengo tres deseos para el año que comienza:
Primer deseo: que en México se haga buen periodismo. De
forma profesional, donde cada cuestión que nos llegue vía los medios pueda
verificarse, tenga fondo y forma. Que las ideas tengan de dónde agarrarse.
Estoy pensando en el periodismo que hacen algunas mujeres
en México. Estoy hablando de Anabel Hernández que ha tomado un documento
oficial y le ha puesto nombre, rostro, datos a más de 25 mil personas
desaparecidas durante el sexenio de Felipe Calderón. Esto es más allá de la
denuncia fácil o la eterna costumbre, cada vez más común, del intercambio de
cartas y peticiones. Poner rostro, es poner sentido a la tarea periodística,
encarnar los acontecimientos, dejar testimonio histórico. No es suficiente la
denuncia.
Mi segundo deseo es que en México se pueda hablar, se
pueda investigar, se pueda tener libertad de prensa, no sólo para calificar,
sino para cumplir fielmente con el derecho de quienes vivimos en México de
conocer lo que está sucediendo, conocer el curso de las acciones
gubernamentales, de la activad de los grupos civiles o no gubernamentales.
Tengo el deseo del buen periodismo como escudo contra las agresiones y que esa
violencia cese verdaderamente. Que pare la persecución a periodistas, que
desaparezcan todos los mecanismos creados para la defensa de algo que está
previsto en la Constitución. Que se cumpla la Constitución, que hagamos de la
libertad un sistema de vida, una forma de gobierno, sin demagogia y sin
mentiras.
Mi tercer deseo es que durante 2013 seamos capaces de
dialogar, sin renunciar a nuestros principios y puntos de vista. Es
tiempo de contribuir a la gobernabilidad y a la paz nacional, desde una esquina
digna y capaz, más allá de los intereses elementales, de los presupuestos que
cada persona, grupo o asociación vislumbran.
Respetar las diferencias, armonizar los proyectos, buscar
espacios reales de reflexión y pensarnos con un futuro más humano y simple, más
complejo y profundo. No renunciar a parar la injusticia, la discriminación de
la mayoría poblacional que somos las mujeres, no renunciar al deseo de
transformar nuestra situación y no entregarnos al canto de las sirenas. Pero sí
ver el contexto, no podemos conseguir la libertad para las mujeres, sin
conseguir la libertad para todas y todos en cualquier parte.
Ahora en 2013 se pondrá a prueba todo lo que ha dicho el
nuevo gobierno, su febril actividad legislativa, un presupuesto que ha dado un
cachito a muchos intereses y una nube de palabras que habrá que ir destejiendo.
Ahora sabremos de dónde viene y para dónde nos llevará la nueva asomada de los
indios de Chiapas, cuando no cesan los crímenes y todavía se puede leer con
indignación cómo sólo en tres días, los finales del año, hubo tantas víctimas,
entre ellas, muchas civiles baleadas, una jovencita definida como la más
buscada por las autoridades policiales y decenas de
llamados para encontrar a las desaparecidas.
Probablemente 2013 requerirá de nuestra conciencia y
nuestra inteligencia, pero también de nuestra fortaleza humana para no caer en
el desánimo, pero tampoco caer en una credibilidad malsana. El nuevo gobierno
es el viejo régimen, sin duda, habrá que observar y seguir detenidamente antes
de caer en sus brazos.
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